Se puede decir que esta última semana de noviembre es el
preámbulo a la vorágine consumista de las navidades. Esta semana, seguramente
tranquila en cuanto a eventos sociales se refiere, debe ser utilizada para
reposar y preparar el cuerpo para la que se le vendrá encima el próximo mes de
diciembre.
Desde aquí, me gustaría aprovechar para recomendarles una
alimentación frugal para esta semana, rica en fruta y verdura y alejada de las
grasas animales. Aprovechen también para beber infusiones que purifiquen el
tracto intestinal, aléjense del alcohol y duerman bien.
Con el puente de la Constitución empezará lo “bueno”. Las
invitaciones o inclusiones involuntarias en las listas de comensales de las
cenas son directamente proporcionales a lo animada o no que sea la vida social
de uno. Academias, gimnasios, foros de debate, equipos deportivos, AMPAs,
antiguos alumnos de… pero sobre todo, trabajo. Estas son sin duda las que menos
apetecen, sobre todo si te toca sentarte cerca del jefe.
Si se es muy sociable, los compromisos serán innumerables y
difícilmente se podrá atender a todos si se quiere llegar vivo a 2013. Lo peor
de las cenas es que todas se concentran en el mismo periodo: desde la víspera
del puente hasta el 21 o 22 de diciembre. En poco más de dos semanas se pueden
llegar a tener de dos a seis cenas capaces de alimentar a una familia de cuatro
miembros durante un mes. Después de esta fecha los compromisos sociales dejarán
paso a los familiares (pero esos merecen, sin lugar a duda, una columna propia).
Es raro encontrar una celebración no familiar en Nochevieja o Nochebuena. Es
una norma no escrita.
Estas cenas de compromiso normalmente no suelen apetecer
nada pero tienen como contrapartida que pueden ser una buena excusa para salir
de marcha con los amigos – esos amigos con los que no puedes organizar una cena
porque ellos también tienen compromisos sociales que atender.
Yo os animo a buscar una buena excusa para aquellos
acontecimientos que no os apetezcan y saquéis tiempo para lo que realmente
queráis hacer, que bastante mal lo estamos pasando ya como para que encima nos
amarguen los ratos de ocio.