Por si no tuviéramos bastante con
los Barça – Madrid esta temporada ha surgido una nueva versión del partido del siglo que es el
Miniclásico. Este partido entre las
canteras de los clubes más importantes de nuestro país ha copado buena parte de
las líneas de los diarios deportivos estos días.
Hace no mucho, en este mismo
espacio, tuve a bien manifestar lo insufrible que me resultaba tanto duelo
futbolístico. Esta temporada, parecía que el bueno de Simeone y el gran Atleti iban
a eclipsar este ten con ten, pero los grandes creativos que afloran en las
redacciones de Marcas y Mundos Deportivos, han encontrado en este partido entre
canteras un tema al que poder estirar hasta el extremo. Además, la “suerte” del
sorteo de copa nos ofrecerá dos partidos más de los “mayores” que eliminarán al
perdedor y darán una emoción que falta en la liga y por ende más líneas a los
rotativos.
El duelo desigual en lo que a
puntos en la clasificación se refiere, se decantó a favor de los culés. Un
duelo feo, en el que ninguno jugó a nada y donde fichajes de ambos equipos
brillaron por encima de los jugadores “de la casa”. La lucha entre canteras –
La Masía vs La Fábrica – no lo es tal. Madridistas y culés cuentan en sus filas
con cerca de una veintena de jugadores fichados entre los dos. El afán por
mantener una categoría de gran prestigio para un filial y muy difícil de
alcanzar, como lo es la Segunda División española, y el estar por encima del
eterno rival hacen que las secretarias técnicas de los clubes antepongan estos
objetivos al verdadero fin de un filial que es formar jugadores. Guardiola ya
lo expresó la temporada pasada subiendo a Cuenca y Tello que no contaban para
Eusebio y Mourinho este año anunciando que contaba con José Rodriguez que
apenas juega con Toril.
Como en todos sitios – por
desgracia – los intereses económicos imperan sobre todas las cosas.
Intermediarios, ojeadores y representantes meten sus sucias manos en lugares
que les tenía que estar prohibidos enturbiando relaciones e influenciando en
decisiones que debieran ser meramente deportivas.
De momento, hasta la próxima
temporada, no tendremos más miniclásicos aunque ante la falta de noticias
puedan sacar alguna estadística o vaya usted a saber qué otra cosa más para
poner morbo donde no lo hay y crear más polémica, por si hubiera ya poca fuera
de lo deportivo.
Ahora toca preparase. Liga y copa
nos traen clásicos para llenar minutos y portadas. Esperemos que la Champions
nos respete. Cruzaremos los dedos.