26 de febrero de 2013

Si yo tuviera una escoba...


Si yo tuviera una escoba, cuántas cosas barrería. Así empezaba la primera estrofa del afamado éxito de Los Sirex que, en las navidades de 1965, irrumpía en las radios españolas para convertirse en un clásico de nuestra discografía. El tema, que en un principio no gustó al grupo pero después de unos arreglos se convirtió en eterno, no puede venir más a cuento, casi cuarenta años después, para describir el sentir de la población para con quienes se encargan de dirigir su destino.

Después del vergonzoso debate del estado de la nación en el que se erigen vencedores cuando de él solo pueden salir vencidos, de los visto en ese ilustre hemiciclo, no salvaría nada del poder de la escoba y les barrería uno por uno como a migas de pan después de una cena. En el plano local lo vergonzoso es que, pudiendo tener ese debate, en este caso por el estado de la ciudad, no se atrevan a celebrarlo por falta de ideas para sacar a una de las ciudades más deprimidas de España de su profunda crisis.

Volviendo a la canción de los Sirex, cierto es que mucha culpa, como dice la tercera estrofa, la tiene el dinero. Por falta o por exceso, por estar en sobres o en sueldos desorbitados, porque su falta niega el acceso a derechos básicos como la vivienda, porque trabajar mucho no garantiza tenerlo, o porque unos pocos acumulan la mayoría, el dinero es fuente de conflictos eternos y de desigualdades infinitas.

Según la cuarta estrofa, la maravillosa escoba que a muchos nos gustaría tener, barrería todo lo sucio que hay en el bajo mundo, y en estos días, de cosas sucias vamos sobrados. Corrupción política, voracidad especulativa, ansias de poder que llegan incluso a la Santa Sede, y otras cuestiones igualmente deplorables por cómo influyen en la sociedad como son el dopaje o el amaño de competiciones deportivas, hacen de esta canción contemporánea a pesar del tiempo.

Y es que más de uno, seguramente, tarareamos al ver el telediario el estribillo de la canción: Si yo tuviera una escoba, cuántas cosas barrería.

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