Muchas veces nos preguntamos cómo puede ser que en
determinados áreas se hagan cosas ilógicas y que no suelen aprobar los
profesionales del ramo. Y es que en el afán por dejar su huella, el político de
turno, se rodea de iluminados igual de poco preparados que él – o ella – que le
aconsejan las mejores directrices a
seguir, que suelen ser las peores para el interés general.
En
esta competición por ver quien dice la mayor tontería los titulares de
educación son los que encabezan las listas de sandeces por aparición. El señor
Marín – consejero de educación y cultura de Castilla-La Mancha – para empezar
cabe destacar de él que no tiene nada que ver con la educación y con la
cultura, que yo sepa, tampoco mucho. Licenciado en Administración y dirección
de empresas, especializado en gestión y dirección y técnico superior en riesgos
laborales, tiene su formación dedicada a sacar el mayor rendimiento económico
de aquello que dirige. Y en ello está: sacando el mayor dinero posible de la
educación pública para rentabilizar la privada que hace ya mucho tiempo había
sido superada en calidad por su hermana gratuita y no era rentable – valga la
redundancia. Cuestiones administrativas a parte, viendo que son mayormente
consecuencia de las políticas conservadoras de su partido y, en este caso, él
no es más que un títere en manos de su jefa, su total desconocimiento de áreas
y contenidos educativos mayormente de las etapas infantil y primaria, no tiene
nombre. Llamar a la Educación Física gimnasia
en una rueda de prensa en la que además tiene la osadía de pedir que este área
sea impartida en inglés, sin haber asistido a una clase en su vida, denota el
desierto intelectual en el que deambula este consejero. Para empezar, la
gimnasia es una modalidad deportiva que, en primaria, rara vez se trabaja.
Atrás quedaron los tiempos en que potro y plinton eran protagonistas de unas
clases casi marciales. Ahora se trabaja el esquema corporal, la lateralidad, la
percepción espacio-temporal, los desplazamientos en todas sus dimensiones… y
todo a través de juegos que hacen de la educación física un momento de
experimentación corporal en un mundo cada vez más sedentario. Ya no hablemos del
afán por el bilingüismo sin mirar donde se instaura. A ver si un día hacen los
plenos del congreso bilingües, lo que nos íbamos a reír…
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