19 de febrero de 2013

¡Ay, la gimnasia!


Muchas veces nos preguntamos cómo puede ser que en determinados áreas se hagan cosas ilógicas y que no suelen aprobar los profesionales del ramo. Y es que en el afán por dejar su huella, el político de turno, se rodea de iluminados igual de poco preparados que él – o ella – que le aconsejan las mejores directrices a seguir, que suelen ser las peores para el interés general.
En esta competición por ver quien dice la mayor tontería los titulares de educación son los que encabezan las listas de sandeces por aparición. El señor Marín – consejero de educación y cultura de Castilla-La Mancha – para empezar cabe destacar de él que no tiene nada que ver con la educación y con la cultura, que yo sepa, tampoco mucho. Licenciado en Administración y dirección de empresas, especializado en gestión y dirección y técnico superior en riesgos laborales, tiene su formación dedicada a sacar el mayor rendimiento económico de aquello que dirige. Y en ello está: sacando el mayor dinero posible de la educación pública para rentabilizar la privada que hace ya mucho tiempo había sido superada en calidad por su hermana gratuita y no era rentable – valga la redundancia. Cuestiones administrativas a parte, viendo que son mayormente consecuencia de las políticas conservadoras de su partido y, en este caso, él no es más que un títere en manos de su jefa, su total desconocimiento de áreas y contenidos educativos mayormente de las etapas infantil y primaria, no tiene nombre. Llamar a la Educación Física gimnasia en una rueda de prensa en la que además tiene la osadía de pedir que este área sea impartida en inglés, sin haber asistido a una clase en su vida, denota el desierto intelectual en el que deambula este consejero. Para empezar, la gimnasia es una modalidad deportiva que, en primaria, rara vez se trabaja. Atrás quedaron los tiempos en que potro y plinton eran protagonistas de unas clases casi marciales. Ahora se trabaja el esquema corporal, la lateralidad, la percepción espacio-temporal, los desplazamientos en todas sus dimensiones… y todo a través de juegos que hacen de la educación física un momento de experimentación corporal en un mundo cada vez más sedentario. Ya no hablemos del afán por el bilingüismo sin mirar donde se instaura. A ver si un día hacen los plenos del congreso bilingües, lo que nos íbamos a reír…

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