En esta época de ajustes
imposibles, de recortes implacables, de incertidumbre económica, la gente no
tiene ni la menor intención de perderse algo tan español como es irse de
vacaciones. Desde luego que todo el mundo tiene derecho, faltaría más. Solo
quedaría amoldarse a la economía de cada uno.
Para aquellos que su bolsillo
se lo permita, salir de España, a según qué lugares, puede resultar realmente
económico. Según una investigación de la
sección de viajes del canal CNN, Méjico, Grecia, Tailandia o Myanmar
(antigua Birmania) estarían entre los lugares más baratos de nuestro planeta.
En la Rivera Maya mejicana hay más resort que en el Caribe y Hawai juntos y si
a esto le sumamos la debilidad del peso mejicano le hace ser un destino más que
apetecible. Tailandia por su parte, quiere recuperar su prestigio perdido tras
las aguas del tsunami y la antigua Birmania competir con su vecina por el
turismo de lujo, competencia desleal que comienza tirando los precios.
Finalmente Grecia y su consabida situación convierten a sus islas en un remanso
de paz especial para vacaciones low cost.
Si nuestra intención – o
nuestra obligación – es quedarnos en España decir que existen sitios realmente
espectaculares y baratos que visitar. La costa asturiana es una excelente
opción si encontramos el alojamiento adecuado. Las Rías Baixas gallegas o la
costa de Lugo también son una gran opción. Si miramos al sur, la poco popular
Almería y su Cabo de Gata son en igual proporción baratos y bellos. Calas
imposibles, paisajes inéditos en cualquier otro lugar de España y gente
realmente acogedora hacen de la tierra de los viveros un valor seguro.
Pero si ninguno de estos
destinos cuadra en nuestros planes, una visita al pueblo a que nos lo den todo
hecho, siempre resulta agradable, reparadora y, por encima de todo, barata.
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